En la mañana del sábado, otra familia de comerciantes zarateña fue víctima de un violento asalto a mano armada, con golpes, intimidaciones y lo que llama la atención, los datos precisos que manejaban respecto dónde estaba el dinero en la casa.
El hecho ocurrió a las 9:20, en el taller mecánico y vivienda de la familia Apezteguía en Ameghino 1645. Allí estaban trabajando el dueño, Gustavo Apezteguía y su hijo Nicolás. Según el relato que el otro hijo Martín hizo a LA VOZ, el asalto comenzó cuando por un movimiento de autos en el taller, su padre salió del mismo quedando solo su hermano. En ese momento, ingresan al local tres delincuentes armados, mal vestidos que arribaron, de entre 38 y 40 años y amenazaron al joven, quien trató de forcejear con uno de ellos. La respuesta fue violenta, lo golpearon con un arma en la cabeza y lo maniataron llevándolo al fondo del taller y cerrando la puerta del mismo. Cuando el padre llega, también lo reducen y atan con precintos que los delincuentes mismos traían. Inmediatamente, dos de los asaltantes suben al piso superior donde vive la familia quedando el tercero de custodio abajo.
Según el relato de Martín, los ladrones fueron directamente a una habitación donde sabían que había dinero por las manifestaciones que hacían, y lo toman haciendo un poco de desorden “pero más que nada para disimular”, dijo la víctima, quien reveló su sorpresa por la precisión de datos que tenían los delincuentes, incluso de la disposición de la casa.
En ese momento ingresó al taller un vecino quien vio a los Apezteguía tirados al suelo y atados, y a uno de los delincuentes. Salió a la calle inmediatamente pidiendo auxilio para llamar a la Policía. Es cuando el delincuente de custodia avisa a los que están arriba y los tres se precipitan a la calle subiendo a un auto que los esperaba a la vuelta de la esquina, que aparentemente era un coche de color gris con vidrios polarizados, marca Peugeot o Escort.
Cuando llegó la policía, que según los dichos tardó en arribar al lugar ya que el 911 no respondía, los delincuentes habían huído sin dejar rastros. En tanto, Nicolas fue traslado al Hospital por las heridas producidas, donde recibió la atención necesaria.
Otro hecho violento, inexplicable, que muestra con reiteración que los zarateños estamos a merced de los delincuentes, que no hay modo de protección posible a pesar de todas las medidas de seguridad que intentemos aplicar. Los violentos y ladrones están acorralando cada día más a la sociedad sin que tengamos una respuesta efectiva, tranquilizante, que dé un mínimo de seguridad a la gente que trabaja y que, todos los días de una u otra manera, es víctima de robos y situaciones violentas.
En tanto las respuestas de la policía y de los políticos es totalmente insuficiente y no existe un solo proyecto para parar esta catastrófica ola de inseguridad de la cual todos somos víctimas.
