La primera jornada de la segunda edición del paseo Costanera Peatonal no convocó a la multitud que había convocado el año pasado. Aunque no muchos como se esperaba, sin embargo hubo quienes decidieron aprovechar el día soleado de ayer sentados en la ribera entre Aristóbulo del Valle e Hipólito Yrigoyen, específicamente en los sectores con más arbolado, dado que las altas temperaturas obligaban a resguardarse bajo la sombra.
Sin balneario municipal este verano debido a la obra de tablestacado –próxima a realizarse-, en búsqueda de una alternativa para ofrecer a los asiduos visitantes del lugar que ahora se ha convertido en un gran obrador, el Municipio dispuso nuevamente el corte al tránsito vehicular en la costanera, al menos los días domingos y, en principio, hasta el fin de la temporada, para transformarla en un extenso paseo peatonal.
“Mucha gente que iba directamente al balneario se desplazó hacia estos sectores”, informó el secretario jefe de gabinete, Pablo Giménez, “hicimos una evaluación muy negativa de lo que estaba pasando, autos estacionados muy cerca de la costa, el sobrepaso de límites, mucho tránsito y congestión, por eso queríamos ver si con este ejercicio podíamos rescatar los resultados que nos había dado”.
El funcionario reconoció lo positivo que había sido el año pasado la transformación de la ribera como espacio de esparcimiento al aire libre y sin la amenaza permanente de motocicletas y automóviles que los peatones debían sortear constantemente. No obstante, la acertada iniciativa, no se sustentó en el tiempo debido a problemas de escases presupuestaria.
“Nos dio buenos resultados convertir este tramo de la Costanera en peatonal el año pasado, no sólo por el ordenamiento vial sino porque también se generó un espacio para que la gente pueda disfrutar sin estar pendiente del tránsito”, agregó Giménez, “por eso ahora tenemos que hacer un esfuerzo para tener una presencia importante allí, creo que la gente lo va a valorar”.
Si bien se había anunciado el apoyo de personal de Prefectura, como supo haber en los primeras jornadas del verano 2009, la seguridad en la reinauguración de la Costanera Peatonal estuvo a cargo de Policía de la provincia de Buenos Aires y de la DPU (Dirección de Prevención Urbana), quienes no pudieron disuadir a los vecinos para que no se sumerjan en el río.
Tentados por el calor agobiante de la tarde de ayer, muchas personas, en su mayoría niños, se zambulleron al agua ignorando la cartelera de advertencia y los trágicos antecedentes en el distrito.
“El prohibido bañarse tiene mayor énfasis ahora porque en esta temporada el río tiene una altura y velocidad a la que no estamos acostumbrados”, había remarcado el subsecretario de Obras y Servicios Públicos, Walter Salcedo.
A pesar del lamentable estado en el que queda la Costanera después de la medianoche del sábado y luego de las actividades recreativas de los visitantes, el lugar presentaba una limpieza notable, debido al refuerzo constante de las cuadrillas de la división Barrido de la Municipalidad.