El cáncer de mama es el tipo que más se destaca por afectar a 1 de cada 8 mujeres. Desde la Liga Argentina de Lucha contra el Cáncer (LALCEC) queremos resaltar que el autoexamen no es suficiente para detectarlo, por lo que es necesario realizar una visita médica periódica para recibir las recomendaciones pertinentes por parte de un profesional médico.
En Argentina, más de 22.000 mujeres son diagnosticadas con cáncer de mama por año y es el más frecuente entre hombres y mujeres. Por ello, este 19 de Octubre, día en que se conmemora el Día Internacional de la Lucha contra el cáncer de mama, es necesario tomar conciencia en que los controles y estudios preventivos, pueden salvarnos la vida.
Este cáncer, por lo general, comienza como un tumor mamario, y luego puede comprometer los ganglios axilares de la región de la mama y finalmente puede afectar tejidos y órganos a distancia. Aunque se desconocen las causas que lo originan, algunos factores pueden aumentar el riesgo de contraerlo, como ser mayor de 50 años, tener antecedentes familiares de cáncer de mama, tratamientos previos con radioterapia dirigida al tórax, terapias de reemplazo hormonal, el sobrepeso, el sedentarismo y el consumo excesivo de alcohol, entre otros. Estos son factores que se pueden evitar para disminuir los riesgos.
La Dra. Luciana D`Angelo, médica mastologa de LALCEC, asegura que “la detección temprana es fundamental. Es necesario realizar la visita médica periódica, en la cual se asesora a cada paciente y se la deriva a hacer los estudios pertinentes, como son la mamografía, una ecografía mamaria y, en los casos que lo requieran, una resonancia magnética y en casos seleccionados otros estudios de imágenes. Además, se aconseja la consulta al médico, de forma inmediata, frente a la auto-detección de un nódulo, masa mamaria o ganglios axilares aumentados de tamaño o un derrame por el pezón”.
“Una mamografía puede detectar este cáncer, aun cuando el nódulo todavía no es palpable o lo es mínimamente”, explica la Dra. D`Angelo continúa: “Algunos de los síntomas que pueden observarse son alteraciones detectables en un examen físico, como observar retracción del pezón, cambios en su textura y en el color de la piel, o lesiones descamativas en el pezón, entre otros”.
Desde LALCEC, se recomienda que desde los 40 años las mujeres se realicen al menos una mamografía cada dos años, junto a un examen físico de las mamas por parte de un profesional de la salud. En los casos de las mujeres menores de 40 años deben consultar con su médico acerca de la conveniencia de hacer o no una mamografía.