El intendente de Zárate, Marcelo Matzkin, viajó a Viena, capital de Austria, para disertar ante la Organización Internacional de Energía Atómica (OIEA) en representación de un municipio “nuclear”, al contar con el polo limeño compuesto por Atucha I, II y el Carem, que está en construcción con un parate con sus obras en el último tiempo.
El jefe comunal participa de este evento internacional que reúne a intendentes y alcaldes de ciudades con centrales nucleares, evento que se lleva a cabo del 16 al 18 de septiembre.
“Voy con la convicción de llevar la postura de que estamos orgullosos de que Lima sea una ciudad nuclear, pero también de que necesitamos que esto sea acompañado de obras de infraestructura necesarias para semejante desafío”, expresó el intendente.
“Nunca los municipios son escuchados en materia nuclear y de las necesidades que una ciudad tiene para acompañar un emprendimiento de estas características. Por lo tanto, me parece una buena oportunidad para expresar la experiencia de Zárate en la materia. Tuvimos varios encuentros con la OIEA en donde siempre destacamos la seguridad en materia nuclear pero debemos llevar a un debate la infraestructura necesaria para una ciudad como Lima que tiene dos centrales nucleares Antes de estas centrales nucleares, Lima tenía todo resuelto pero hoy ya no. Hoy no tenemos un hospital intermedio por ejemplo”, expresó el intendente Marcelo Matzkin antes de partir a Austria.
Y fue categórico en sus declaraciones: “los municipios no se enriquecen por tener una central nuclear, ya que no cambia a nivel de recaudación. Y menos aún cambia a nivel de infraestructura. En Lima, todo lo contrario. Nos obliga como municipio a brindar servicios que no teníamos previsto dar tras la instalación de una central nuclear. Bueno, ahora nos invitan a exponer esta situación y pediremos un mamógrafo para la ciudad de Lima que donará la Organización Internacional de Energía Atómica. De esta manera, y con este aparato, podremos mejorar la atención en la unidad sanitaria. Voy a formalizar este pedido”, anticipó Matzkin.
LOS COSTOS DEL VIAJE
El intendente enfatizó que el viaje no generará ningún costo para el Municipio de Zárate, ya que tanto el pasaje como la estadía estarán cubiertos por la organización del evento.
“Es importante aclarar que dicho viaje es sin costo para el Municipio de Zárate a cargo de la organización, el pasaje aéreo y hotel. Y que los días en no estaré en mi cargo los descontaré de mis días de vacaciones”, aclaró Matzkin.
“Este evento está costeado en un 80% por la OIEA y en un 20% por mi propio bolsillo. Y los días me lo tomaré a cuenta de mis vacaciones”, concluyó el intendente de Zárate.
Lima y las centrales nucleares
Desde la construcción de Atucha I, en junio de 1968, el destino de Lima cambió para siempre. La actividad laboral, comercial y social fue creciendo con la luz de la fisión nuclear; de grandes obras civiles que empujaban a a tiempos de bonanza y otros que eran considerados compases de espera ante cada nueva promesa del gobierno de turno de que se iba a conformar un polo nuclear, con la instalación de otra central nueva.
Así pasaron los años y recién en 1981 Atucha II comenzó a construirse. Permaneció a medio terminar y con varios componentes sin ensamblar bajo lonas en el mismo predio por 30 años. Recién en septiembre de 2011 se retomó la obra para terminarla en 2014.
Con su inauguración, se anunció una nueva central nuclear, Atucha III. Y las promesas comenzaron un nuevo compás de espera, cuando se confirmó la construcción de tal obra con capitales chinos, con la posibilidad de incorporar 1200 trabajadores antes de fin de año y unas 6 mil personas en el pico de la obra. Proyecto hoy en día está frenado y sin avances.
Sin embargo, los diferentes niveles de Estado tienen una gran deuda con Lima, la única localidad del país que tiene dos centrales nucleares en funcionamiento, de infraestructura urbana; por ejemplo calles en buen estado ante la posibilidad de evacuaciones masivas por un accidente nuclear; un hospital de alta complejidad; transporte público de calidad; mejoramiento de toda la red sanitaria de aguas y cloacas, entre otras gestiones que, en una ciudad “nuclear”, deben tornarse urgentes.