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Orgullo local: Rafael Dalzotto disertó ante estudiantes en la Escuela Técnica Nº 3

El ganador del proyecto de ingeniería de la NASA, en Estados Unidos, recordó su aula, se vio nuevamente en el colegio. Y subrayó la necesidad de estudiar, de esforzarse, de buscar compañeros para que cualquier proyecto se enriquezca con la diversidad de ideas, de saberes y de especializaciones.

“El eterno retorno” de Borges es un concepto que no refiere a una repetición mecánica del tiempo sino a una reflexión sobre la eternidad del instante y la posibilidad de que ciertos elementos o experiencias vuelvan a manifestarse en la vida, quizás de manera inesperada o a través de sus ecos. La idea de un universo cíclico y la posibilidad de que ciertos momentos o patrones se repiten a lo largo del tiempo.
En definitiva; ¿No es lo que estudia la astrofísica? ¿No son esos patrones los que abundan y le dan ciertas características a nuestro universo? ¿No es el mismo universo que hoy se proponen estudiar las grandes potencias para hallar vida extraterrestre, para colonizar planetas y viajar a otras estrellas? Es el objetivo de la NASA, el sueño de muchos científicos y el campo de aplicación de muchos inventos vinculados a la ingeniería aeroespacial.
Mirando las estrellas, el joven zarateño Rafael Dalzotto pensaba en eso, en el universo y sus patrones, en la ciclicidad, en la posibilidad de viajar o regresar a otras estrellas. Pero la vida tiene sus misterios. Y Rafael fue caminando diferentes senderos que lo llevaron hoy a lograr notoriedad tras haber ganado un concurso en Estados Unidos auspiciado por la NASA. Argentina resultó primera entre 66 países que aportaron recursos, científicos jóvenes calificados y proyectos educativos serios y sostenidos en el tiempo en cuanto a a ingeniería y la técnica. Todo un milagro que Argentina haya ganado cuando la educación no forma parte de las prioridades de los sucesivos gobiernos nacionales.
Pero un día Rafael volvió a la Técnica 3, a su escuela, con la sensación de no haberse ido nunca. Ayer brindó una charla ante cientos de alumnos que colmaron todo el SUM, que lo miraban y no podían creer lo lejos que puede llegar alguien si se lo propone.
Parecía el protagonista del cuento de Antoine de Saint-Exupéry, “El Principito”. Cuando Rafael hablaba sus relatos se parecían a los que comentaba el niño de la historia en su visita a mundos lejanos.
Recordó su aula, se vio nuevamente en el colegio, sus intereses, lo que pensaba en el año 2014 mientras era un alumno de allí. Cómo el videojuego de Minecraft lo llevó a interesarse por conceptos técnicos como “patrones lógicos” mirando videos de youtube. Luego el interés por la robótica, cómo logró canalizar sus inquietudes con sus profesores, la intención de crear un brazo robótico, el cómo lo creó y sus historias juveniles de recreos y horas libres. Y subrayó la necesidad de estudiar, de esforzarse, de buscar compañeros para que cualquier proyecto se enriquezca con la diversidad de ideas, de saberes y de especializaciones. El potencial que poseen los egresados de la Técnica, el legado de otros directores como José Luis Marquine, Daniela Bussón y la dedicación de profesores que acompañaron generaciones de estudiantes.

El ganador del proyecto de ingeniería de la NASA, en Estados Unidos, recordó su aula, se vio nuevamente en el colegio. Y subrayó la necesidad de estudiar, de esforzarse, de buscar compañeros para que cualquier proyecto se enriquezca con la diversidad de ideas, de saberes y de especializaciones.

El Primer Premio del concurso internacional de ingeniería “CanSat Competition”

Los chicos escucharon y quizás les lleve varios años interpretar e internalizar las palabras de Dalzotto. Pero su presencia fue tan necesaria como aliviadora para una camada de adolescentes que no deben conformarse con trabajar en una fábrica o ganar dinero.
Es utilizar la técnica, el saber, la ciencia, el conocimiento y el trabajo en equipo en pos de un sueño que, en este caso, fue la posibilidad de viajar a otros planetas o estrellas o integrar una misión aeroespacial desde su concepción, diseño, construcción, lanzamiento y análisis de resultados. Eso fue lo que ganó el equipo argentino integrado por Dalzotto en Estados Unidos. Y esa fue la experiencia que vino a compartir con sus pares, el resto del alumnado de la Técnica 3.
Con la sensación del “eterno retorno”, Dalzotto sacó de su valija la estatuilla que recuerda el Primer Premio del concurso internacional de ingeniería “CanSat Competition”; organizada por la American Astronautical Society (AAS) y con el respaldo de la NASA.
Cuando lo sacó de la valija, la escuela rompió en un aplauso y una ovación similar a cuando Messi levantó la Copa del Mundo. Emoción para Rafael, orgullo para la comunidad educativa y ojos de deseos y anhelos para los cientos de alumnos que colmaron el SUM del colegio en ser ellos mismos los protagonistas de su destino académico.
De su valija, Rafael también sacó una chomba del colegio, la que usaba hace pocos años atrás y sobre ella, al lado del escudo bordado del bolsillo, le colocó el trofeo ganado. Todo un símbolo. Respiró hondo y luego siguió con su explicación de la cápsula espacial que diseñaron y que ganó el concurso internacional en Estados Unidos.