La situación planteada en el hogar de ancianos “Sagrado Corazón de Jesús” a cargo de Marcelo Prado por la decisión del Ejecutivo municipal de no renovar el contrato de dos mujeres que se desempeñaban en el lugar como empleadas de la planta mensualizada de la Municipalidad, como se pudo observar en esta Semana Santa, generó un malestar con la Iglesia.
El tema fue puesto a reflexión en la comunidad católica de Zárate, principalmente en la Parroquia de “Nuestra Señora del Carmen”, patrona del distrito, y hasta estuvo presente en el mensaje solicitado por este matutino al padre Eduardo Mussato para estas Pascuas.
La decisión de realizar las últimas escenas del Vía Crucis interparroquial en las instalaciones del club Náutico Arsenal y no en el anfiteatro Homero Expósito como tradicionalmente se hacía, habría correspondido al malestar existente en la comunidad religiosa, que apoya la labor y la petición del hermano Marcelo, con la Municipalidad por un conflicto que, según sostienen, “no tiene ningún sustento”.
Aunque ambas mujeres, desde hacía seis años, hasta principios de 2009 venían colaborando con el religioso en el cuidado de los internos a través del Plan Jefas y Jefes de Hogar, continúan trabajando – a pesar de que a fines de marzo se les venció el contrato con la Municipalidad-, se desconoce cual será su futuro laboral.
Desde el Ejecutivo, se informó que a la brevedad habría una “respuesta afirmativa” aunque el hermano Marcelo no se mostró tan optimista ya que, según informó, la propuesta consiste en postergar la discusión hasta mitad de año y, además, porque existe la posibilidad de que las empleadas sean reemplazadas.
La Iglesia llamó a la comunidad a comprometerse con la problemática, acompañando al religioso al que se le está entorpeciendo su labor asistencial con un conflicto que no tendría que haber sucedido.
