El escritor Emilio Breda visitó el jueves y el viernes pasados la ciudad de Zárate, promoviendo y difundiendo el amor por el libro y el placer por la lectura.
Hace 34 años que recorre los establecimientos educativos de la Argentina y de varios países del exterior, realizando talleres para incentivar a los pequeños a ser más amigos de los libros y leer más, invitándolos, en cada encuentro, a hacer un viaje por el espacio de la imaginación, por el universo de la fantasía, que es el espacio y el universo de los cuentos, para que, partiendo de su narración de éstos (oralidad), puedan desarrollar su capacidad creadora, estimulados con la lectura y arribar, además, a un hecho artístico: la escritura de cuentos.
En San Pablo trabajó con los niños del primer ciclo de educación primaria, quienes se divirtieron y disfrutaron de las narraciones hechas por el escritor, en un clima lúdico e interactivo.
“La imaginación es la madre de la creatividad. La importancia de la lectura es, precisamente, que ella mueve y estimula la imaginación creadora”, expresó Breda. Algunos de sus títulos, que han ganado lectores de todas las edades, son, entre otros: “Momias y Vampiros en la Escuela”, “Más Fantasmas en la Escuela”, “Cuentos para Espacionautas”, “Cuentos para Soñar y Volar“, “Fantasmas en la Biblioteca”, “Cuentos con Paraguas Lluvias y Tormentas”, “El Fantasmita que se Enamoró de la Luna”, “Fantasmas Traviesos y Soñadores”, “Siniestra Buenos Aires”, “Febril Buenos Aires” y “El Vampiro de la Ópera”.
Premiado por la Sociedad Argentina de Escritores (SADE) con la “Faja de Honor”, en el género de literatura infantil, Breda es reconocido por su trayectoria en nuestro país y en el exterior.
En su paso por España, con sus libros y su taller “Estrategias para Crear Lectores y Cuentos”, la Agencia EFE de Noticias tituló un cable: “Emilio Breda, un argentino que crea lectores”, y el diario El Correo Gallego, de Santiago de Compostela, por su parte, afirmó: “La labor de Breda es el rescate de la imaginación, el redescubrimiento de la fantasía, la superación de esa ausencia de amor a la lectura que está creciendo en un momento en que los audiovisuales parecen ganar todo”.