Cumpliéndose diez años de trabajo en nuestro grupo, Trazos, discurso y transmisión del psicoanálisis, decidimos incluir el IX Curso Introductorio de Acompañamiento Terapéutico, esta vez inscribiéndolo en el discurso psicoanalítico. Este año conseguimos la participación optativa en el Hospital de Salud Mental J. T. Borda.
Así como en Psicología hay diferentes escuelas teórico-clínicas, lo mismo pasa con el Acompañamiento Terapéutico. Se piensan de una manera diferente a la orientación, supervisión y posición del acompañante terapéutico en un tratamiento.
Como analistas pensamos el caso por caso, y en el Acompañamiento Terapéutico también atendemos a la singularidad del uno por uno, lejos de pensar que un paciente podría evaluarse, medirse, clasificarse y categorizarse. Vamos ubicando diferentes cuestiones clínicas en torno a la subjetividad en juego, relativas a un paciente en algún momento particular de su vida.
El Acompañamiento Terapéutico es un dispositivo que opera en la cotidianeidad del paciente, en forma ambulatoria: domicilio, colegios, hospital de día, calles, plazas, bares, clubes, cine, etc. Se incluye la tarea del acompañante terapéutico (AT) con pacientes severamente perturbados: psicosis, autismo, discapacidades, adicciones, anorexia, bulimia, alzheimer, demencias. El AT busca utilizar el espacio de circulación del paciente para promover o sostener un proyecto terapéutico. El modo en que habrá de abordarse la tarea será una construcción entre paciente y AT. Al comienzo se pondrán en juego el conocimiento y reconocimiento mutuos. Es importante el reconocimiento en la primera etapa a fin de que paciente y AT se acepten y elijan. Sólo a partir de haberse establecido esa mutua elección es posible llevar adelante la tarea. La presencia de un AT en un tratamiento implica que el paciente necesita de una presencia física, concreta, de sostén, que le permita desarrollar actividades cuando no puede hacerlas solo. Además, trabaja para facilitar el lazo social, o incentivar la reinserción educativa, laboral, recreativa, evitando la cronificación, el aislamiento social y trabajando para que el paciente continúe en su cotidianeidad y no pierda sus actividades y vínculos.
Trazos nos orienta a pensar el Acompañamiento Terapéutico de una manera diferente a la imperante hasta ahora, la perspectiva psiquiátrica. Consideramos que los síntomas que padece cada paciente representan su subjetividad, apuntamos a un sujeto y no a un objeto propio de la nosografía psiquiátrica.
El Acompañamiento Psicoterapéutico debería estar incluido en una estrategia determinada de trabajo, complementando aquello que el analista trabaja con su paciente. A simple vista, podría parecer que un AT realiza tareas administrativas con su paciente, como hechos aislados (acompañarlo a tramitar un subsidio, a una cita con su médico, al hospital de día, a una entrevista con su analista, a inscribirse a un taller, etc.) y esto sucedería si no estuviera articulado a un discurso analítico, a un proyecto terapéutico: terminarían siendo actos de asistencialismo. Al no quedar en ser una significación de ser hechos aislados, pasarán a ser actos terapéuticos.
El IX Curso Introductorio de Acompañamiento Terapéutico comenzará el jueves 8 de mayo, de 14:30 a 16:30 hs, en Zárate. Para más información llamar al 03487 15 660344.
La actividad en el Hospital de Salud Mental J. T. Borda no es obligatoria, pero el acercamiento a los pacientes nos parece interesante para la formación del AT. Los concurrentes irán en grupos, los domingos, cada quince días. Se trabajará en actividades grupales e individuales, con el asesoramiento de las coordinadoras de dicha actividad.
Jorgelina Altmann.
Lic. En Psicología y Acompañante Terapéutico Universitaria.