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Emotivo recuerdo a las víctimas de la tragedia del buque Río Turbio

Ayer se cumplieron dos años del trágico accidente ocurrido en el Río Paraná de las Palmas en el que murieron siete tripulantes del arenero argentino “Río Turbio”.
Fue por ello que se realizó un acto en la plazoleta de Prefectura Puerto que contó con la participación de cuatro de las entidades marítimas más importantes del país. Por un lado la Asociación Profesional de Capitanes y Baqueanos Fluviales de la Marina Mercante de la República Argentina, adherida a FEMPINRA; el Sindicato de Conductores Navales de la República Argentina (SICONARA); el Centro de Patrones y Oficiales Fluviales de la República Argentina y el Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU).
El Cura Párroco de Nuestra Señora de Fátima, Lucas Martínez, fue quien bendijo las placas y compartió con los presentes unas oraciones en homenaje a los fallecidos en el accidente.
Luego se arrojaron flores y palmas al agua para conmemorar al capitán Gustavo Caracciolo, Ramón Rodríguez, Felipe Aguirre, José De la Fuente, Luciano Luna, Cristian Marmet y Marcelo Córdoba, los siete fallecidos en el accidente del pasado 12 de mayo de 2012.
Como corolario del acto, Prefectura Naval accedió a disponer del Guardacostas 22 para trasladar a todos los representantes gremiales hasta el lugar exacto donde se hundió el buque. Allí se arrojaron dos palmas y se realizó un minuto de silencio mientras el resto del público asistente esperó en la costa.
“Este emotivo acto para nosotros representa homenajear y honrar a la memoria de nuestros compañeros. Además, lo hacemos para que toda la sociedad no se olvide. Lamentablemente fue un accidente totalmente evitable”, expresó el capitán del buque Río Turbio, y sobreviviente del accidente, Federico Nikodem.
Por su parte, Julio González Insfran, secretario general del Centro Patrones y Oficiales Fluviales, comentó, “queremos recordar a todos los compañeros que vivieron con nosotros muchos años en la profesión. Recordarlos, homenajearlos y mantener viva la memoria de todos. Todos coincidimos en que fue un accidente evitable y que el problema de la transitabilidad de los ríos hoy puede ser corregido, tornando a los ríos más seguros. Todo depende de los funcionarios de turno”, agregó el representante gremial.
El accidente
Un remolque paraguayo y el arenero argentino impactaron a las 3:58 del sábado 12 de mayo de 2012 en el kilómetro 101 del río Paraná de las Palmas, casi llegando al límite de Zárate con Campana.
De manera inmediata, aquel sábado 12 de mayo, se desplegó el equipo de emergencias de Prefectura Naval Argentina que logró rescatar a uno de los tripulantes del arenero en estado de hipotermia, luego de haberse arrojado al río.
El remolcador de empuje “Ava Payagua” de bandera paraguaya (32 metros de eslora), que navegaba cargado con containers chocó con el buque arenero “Río Turbio”, de bandera argentina (82,72 metros de eslora), que terminó hundido, según el parte de Prefectura Naval.
El buque de bandera paraguaya quedó semisumergido a la altura del kilómetro 103,300 margen del río Paraná de las Palmas y el arenero estaba apoyado sobre el lecho, sin haberse producido derrame de combustible. Varios días duró la búsqueda de los cuerpos de las siete víctimas, mientras familiares, compañeros de trabajo y miembros de los distintos sindicatos que los agrupa permanecieron en el playón de Prefectura en espera de noticias. Incluso un buque de la Prefectura Naval trasladaba a las personas que estaban en esta tensa espera, hasta el lugar del hundimiento del buque Río Turbio.

Un barco con historia

El “Río Turbio” era uno de los barcos más activos de la flota mercante argentina; quizás demasiado antiguo pero con mucha actividad.
Se trata de uno de los múltiples “BDT” (Buque de Desembarco de Tanques, LST según sus siglas en inglés) que llegaron a la Argentina luego de finalizada la Segunda Guerra Mundial.
El portal de noticias “Nuestro Mar”, indica que si bien hay discrepancias en cuanto a la historia de este buque, todo parece indicar que fue construido en 1944 como el LST-869 –sin nombre-, en el Astillero estadounidense Jeffersonville Boat & Machinery Co o en el Astillero Puget Sound River del mismo país. Este último es el lugar indicado por la historia oficial de la Armada Argentina en el libro “Apuntes sobre los buques de la Armada Argentina”. Por lo que se sabe de él, si bien entró en servicio cuando la guerra aún no había finalizado, no participó en ningún combate.
Según algunas fuentes, en diciembre de 1947 habría sido vendido al armador argentino Pablo N. Ferrari & Co, y rebautizado como “Doña Micaela”. La Armada Argentina lo habría adquirido para desarmarlo y utilizarlo como repuesto de los otros BDTs en los talleres del Arsenal Naval Río Santiago, antecesor de actual Astillero Río Santiago, ex AFNE, bajo la identificación BDT 8, también sin nombre. En 1952 y bajo el Decreto Nº 2415 del 6 de febrero de ese año, el gobierno decide transferirlo a la flota de la empresa del estado Combustibles Sólidos y Minerales, luego denominada Yacimientos Carboníferos Fiscales (YCF), no sin antes reacondicionarlo para la tarea de transportar carbón, en el Arsenal Naval Buenos Aires de la Armada Argentina, de donde más tarde surgiría la empresa Tandanor. El 14 de Enero de 1965 fue vendido a Arenera Puerto Nuevo (Argentina) y transformado en arenero, conservando el mismo nombre. Su final lo encontró hace dos años, en aguas zarateñas del Río Paraná.

Familiares y compañeros de las víctimas arrojaron flores en el sitio donde se hundió el Río Turbio.
Familiares y compañeros de las víctimas arrojaron flores en el sitio donde se hundió el Río Turbio.

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