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Peritos, policías y testigos declararon en la segunda jornada del juicio al carnicero

Una jornada sin sobresaltos se vivió durante la mañana de ayer en el Tribunal Oral en lo Criminal Nro. 2 de Campana, donde Daniel “Billy” Oyarzún, es juzgado por un jurado popular en el marco de la causa que lo tiene como imputado por la muerte de Brian González.
Nueve testigos brindaron su declaración testimonial en la jornada de ayer; Oyarzún, volvió a presenciar la audiencia en un estado mucho más calmo al que mostró durante la primer jornada, donde casi en llanto lanzó frases como “no me van a juzgar como un delincuente” y “los delincuentes no sirven, hay que ponerlos a todos en una bolsa y tirarlos a la basura”.
Los 18 jurados llegan puntuales al debate; Oyarzún, su familia y su abogado están desde temprano en los edificios del tribunal. El inicio de la audiencia se retrasa más de lo previsto, y es la Jueza Dra. Liliana Dalsasso, quien sobre el arranque menciona el asunto y pide una mayor puntualidad para los días venideros, sobre todo “por respeto al jurado”.
La primera en sentarse frente a los ciudadanos, la Jueza, el jurado y las partes, es la Medica Psiquiatra Roxana Teresa Lugarini, una perito psiquiatra con 35 años de experiencia, y con tres de ellos en la Asesoría Pericial de San Isidro. Lugarini se entrevistó dos veces con Oyarzún luego de ocurrido el hecho. Su testimonio, se configura como una de las declaraciones claves en lo que va del proceso.
La médica psiquiatra comenta haber leído el expediente donde se imputa al acusado, y a través de dos entrevistas, donde se analizaron el discurso y la gestualidad de “Billy”, además de la historia biográfica de relevancia, la perito concluyó que el imputado presentó “una hipertimia displacentera”, es decir, un estado de angustia y depresión, pero a su vez, determinó que en todo momento -según el relato del propio Oyarzún sobre los hechos- se mantuvo consciente y bajo un estado de impulsividad.
Lugarini también aseguró que Oyarzún adoptó una “conducta temeraria” y con “dificultad para medir las consecuencias”. A su vez, descartó la existencia de alguna patología psiquiátrica, así como también la existencia de un estado alterado de consciencia. Este testimonio, podría determinr al momento de evaluar si Oyarzún vivió la secuencia de robo en su carnicería, hasta el atropello de González, bajo un estado de emoción violenta, dado que la perito puntualizó en varias oportunidades, sobre la plena consciencia de imputado.
Luego, fue el turno de la inspectora Yolanda Ramírez, perteneciente al cuerpo de Policía Científica de Zárate Campana, quien trabajó tanto en el lugar del choque en avenida Antártida y Echeverría, como en la carnicería. Allí, Ramírez, al igual que su compañero Juan Emiliano Breno, perito balístico y en explosivos –quien brindaría testimonio más tarde- describieron las tareas de campo realizadas durante el día de los hechos. Allí, hicieron un relevamiento fotográfico de las marcas dejadas por los vehículos que colisionaron, así como también explicaron el rastrillaje realizado por calle Paraguay hacia Suipacha, donde hallaron cinco vainas servidas, y luego por Suipacha hacia Echeverría. En la carnicería, según consta en el expediente, también se encontró una vaina y un proyectil de plomo con el que se efectuaron disparos con el fin de robo. Una séptima vaina, fue hallada junto a la motocicleta sobre Antártida Argentina.
Entre los testigos que participaron en la audiencia de ayer, estuvo el oficial de policía Hernán Pennisi, quien trabajó como oficial de servicio en la Comisaría 1ra; al responder las preguntas del abogado defensor, el Dr. Izquierdo hizo referencia a los elementos que habían sido incautados a González, luego del hecho, y entre los que se encontraba una citación del Juzgado Correccional, por un hecho ocurrido en 2015, caratulado como Lesiones Leves Dolosas Agravadas por el Vinculo, según pudieron certificar los representantes del Ministerio Público Fiscal. Al parecer, una causa iniciada por su ex pareja, que se dio por finalizada a raíz de la muerte de Brian.
También se sometieron a las preguntas de las partes, las agentes del Comando de Patrullas que intervinieron en el lugar, luego de ocurrido el hecho. Se trata de Yanel Andrada y Natalia Alegre; la primera, asistió a Brian González durante los momentos en los que aún se encontraba debajo del Peugeot 306 de Oyarzún, posteriormente lo acompañó al Hospital Zonal Virgen del Carmen, y allí permaneció hasta que los profesionales médicos confirmaron el fallecimiento del joven. En tanto Alegre, relató su intervención sobre el carnicero, quien se mostraba en un estado de nerviosismo, por lo cual debió ser tranquilizado por la servidora pública.
Otra de las testigos citadas, fue una psicóloga, de nombre Gabriela, quien trabajó con Oyarzún durante el proceso, realizándole tres entrevistas en distintas oportunidades. Allí, la perito perteneciente a la Asesoría Pericial de San Isidro, describió la angustia del imputado al estar sometido al proceso, a la vez que definió un “estado de pérdida de voluntad de acción”, donde “los mecanismo defensivos no actúan normalmente”. Asimismo, también aseveró que el carnicero no es un mitómano y que no presenta ninguna patología.

Declaró la cajera de la carnicería
Natalia Gutiérrez es la cuñada de Oyarzún; aquel 13 de septiembre se desempeñaba como cajera de la carnicería, cuando vio ingresar al lugar un rostro familiar. El sujeto realizó un pedido y acto seguido, extrajo un arma calibre .380 a la vez que exigía el dinero de la caja. Se trataba de Marcos Alteño, una persona a quien Natalia conocía por haber asistido a la misma escuela.
La joven hizo un repaso de los hechos de aquel día y, tal como había ocurrido con la primer testigo de la jornada, el padre de González y el resto de la familia se retiraron de la sala. Esto, sucedió a raíz de la proyección de los videos en los que se ve a Oyarzún golpeando en estado agonizante. Natalia también se reconoce a sí misma en la filmación. Al lugar, había llegado luego de cerrar la carnicería, ubicada a pocos metros. Allí, vio el segundo rostro conocido del día, pero esta vez, pidiendo que le quitaran el auto de encima.
La mujer, declaró ante el jurado haber conocido “de vista” a Brian González, a quien otras personas golpeaban e insultaban. En su testimonio, Gutiérrez primero dijo que al llegar a Echeverría y Antártida Argentina, la policía ya se encontraba en el lugar. Luego dudó, y se desdijo. También aseguró que González, quien había sido atropellado y aplastado contra un semáforo, realizaba comentarios desafiantes al carnicero. Tampoco pudo confirmar –mientras se reproducían las imágenes- que sea “Billy” quien golpeaba a González.
Por último, fue Agustín Zuluaga quien respondió algunas preguntas sobre lo ocurrido aquel día. El joven, ingresó a la carnicería de “Billy” casi en simultáneo con Alteño, por lo que se convirtió en testigo presencial del robo, no así del posterior desenlace. Zuluaga afirmó haber oído “más de un disparo”, así como también reconoció que el delincuente y su acompañante escaparon por calle Suipacha. De lo que vino después, no pudo aportar mayores datos. Contó el miedo que le produjo la situación, por lo que decidió irse a su casa.

COMO SIGUE HOY
Hoy, restan prestar declaración testimonial un perito mecánico, que analizó los rastros del lugar donde ocurrió el choque; una docente que se encontraba ocasionalmente en el semáforo donde se produjo la embestida de Oyarzún a González, y dos testigos de la defensa que no pudieron ser citados por el Ministerio Público Fiscal. También, se espera que en la jornada de hoy, Oyarzún amplíe su testimonio y responda preguntas de las partes, lo que no pudo hacer durante la primer jornada, a causa de su estado de nerviosismo. Mañana, la defensa, la querella y el Fiscal de Juicio realizarán sus alegatos, y el jurado deberá decidir el destino del imputado, en base a las pruebas aportadas.