La “guerra contra la inflación” propuesta por el Ejecutivo nacional en abril no está teniendo el éxito buscado y tal situación económica pasó a ser delicada y un serio problema central para todos los argentinos.
Más allá de las paritarias, el programa “precios cuidados” no está teniendo la profundidad que tenía en otros meses, y en los supermercados se pueden verificar faltantes de productos en las góndolas o un lento tiempo de reposición. Por lo tanto la mercadería acordada no está disponible como el resto de los productos de necesidad básica alimentaria.
En Zárate, los supermercados y los autoservicios que manejan un volumen grande cercano a los de los súper, no están ofreciendo los productos aduciendo “faltante de stock a raíz de la situación macroeconómica nacional”. Por lo menos así lo informan.
Entonces los usuarios no están consiguiendo los productos del programa nacional que fueron remarcados, en su gran mayoría, en junio tras un sinceramiento del gobierno nacional con las grandes cadenas de supermercados.
Por lo tanto, los usuarios están reclamando que desde el municipio se controlen los precios cuidados en el Partido ante tal situación inflacionaria descontrolada.
CONTROLES DE PRECIOS
Lo que plantean desde el gobierno nacional es que los municipios afronten un rol clave en el control de precios, implicando a los intendentes y funcionarios comunales en un rol activo para mitigar la espiral inflacionaria. Sin embargo, es tanta la incertidumbre y los vaivenes económicos de una semana a otra que no dan tiempo a los municipios a “hacer pie” y plantear un operativo de control de precios.
REMARQUE CONTINUO EN COMERCIOS
En cuanto a los comerciantes, los cambios en el Gabinete nacional generaron aún más incertidumbre, con la suba del dólar, el aumento de los precios y muchos proveedores que confirman faltante de mercadería.
Diariamente, pueden llegar tres listas de precios diferentes, con lo cual remarcar se torna prácticamente indispensable para poder comprar luego lo que se vendió. Además, los endeudamientos y la presión tributaria desalientan la actividad, dos problemas que siguen socavando la confianza y la actividad comercial de todos los rubros.