La elevación a juicio de la causa por el asesinato de Franco Russo sigue su marcha. La justicia confirmó que se realizará una audiencia preliminar de juicio el 6 de mayo, a las 11 horas, vía telemática.
Si bien estaba propuesta para este mes, se suspendió porque distintos fiscales se encuentran cubriendo a sus pares al frente de las unidades.
El pasado jueves 3 de abril se cumplieron ocho meses del brutal asesinato de Franco Russo. Franco fue acribillado a tiros en la puerta de su negocio. Por este hecho se encuentran detenidos Miguel “Toti” Pereyra (67) y su hijo Julián “El Mago” Pereyra (35).
Sin dudas fue uno de los casos policiales más estremecedores para la comunidad local ya que los homicidas fueron padre e hijo. Miguel y Julián Pereyra están acusados de ser los autores del asesinato del joven de 28 años en la zona céntrica.
Cabe señalar que Miguel “Toti” Pereyra se declaró “culpable” por el asesinato y se entregó el mismo sábado 3 de agosto, cuando ocurrió el crimen. Mientras que su hijo Julián fue aprehendido al otro día en una vivienda de barrio Saavedra, donde también encontraron el auto.¡
A finales de mes de agosto hubo una reformulación en la imputación de Julián Pereyra ya que había sido considerado, en primera instancia, como instigador; pero tras la incorporación de diversas pruebas; la justicia resolvió que Julián quedase imputado como co-autor material del asesinato de Franco.
Además, se comprobó que hubo amenazas de Toti Pereyra hacia la novia de Franco ese mismo día por la mañana. Si bien la defensa de la familia Russo pidió el sobreseimiento y cambio de calificación, el juez no hizo lugar a los planteos. Por lo tanto quedó firme la resolución y se espera una fecha concreta para el juicio oral. En tanto el juicio se realizará este año y las novedades son que los Pereyra pidieron no ser juzgados en un juicio por jurados.
Por su parte, la fiscalía pidió la inhibición de bienes para la familia. Es decir, que todos los bienes personales; casas o autos; sean inhibidos de compra o venta porque de allí se obtendrá el financiamiento para todos los costes del proceso judicial y distintos resarcimientos por el hecho, en donde padre e hijo están imputados de ser coautores del homicidio del joven de 28 años.
Russo vivía con su mamá y con su hermana Andrea. Tenía un local de venta y reparación de maquinarias para jardinería y construcción en Belgrano al 1400. A una cuadra de su negocio vivía su novia, Agustina, vecina de los Pereyra en un edificio de departamentos. Ella, al igual que los vecinos, se habían quejado en varias oportunidades por los ruidos molestos, la música fuerte y los disturbios por la noche que provenían de la casa de Julián Pereyra.
Ese sábado 3 de agosto no fue la excepción: la novia de Russo fue a reclamarle que bajara el volumen y tuvieron una discusión durante las primeras horas del día. Julián llamó a su padre y Agustina se lo encontró en la puerta del edificio a Miguel Pereyra, le recriminó que su hijo nuevamente había estado con música fuerte toda la madrugada y no habían podido descansar. Discutieron y Pereyra enfureció.
Luego, la joven le contó a su novio lo que había ocurrido y Russo decidió enfrentarlos. Finalmente Russo esperó hasta que regresaron, padre e hijo, y se los encontró frente a su negocio.
En el video de una cámara de seguridad se observa que ni estacionaron el Volkswagen Golf blanco, Russo arremetió contra los Pereyra. Primero bajó Miguel Ángel que recibió los primeros golpes y cayó al piso. Después se ve que Julián interviene y Miguel Angel saca una pistola que llevaba en su cintura y dispara a quemarropa contra Russo. Luego ambos huyen.
En medio del forcejeo hubo cuatro disparos, tres impactaron en el cuerpo de Russo, quien murió a los pocos minutos en el lugar.
Según el resultado de la autopsia, Franco Russo recibió tres disparos: uno en el hombro izquierdo, otro en la axila y un tercero en el pecho, del lado derecho. Luego del crimen, el padre se entregó y al hijo lo hallaron en una vivienda abandonada de barrio Saavedra y en el fondo se encontraba el auto Golf blanco. Luego del hecho, se sucedieron varias marchas de familiares y amigos pidiendo justicia pero la investigación fue ágil y contundente.