A un mes y medio de la cruzada medioambiental en el Parque de la Cruz, con la pintada de los murales, la basura se volvió a apoderar del lugar.
Los murales pintados en todo el predio del Club Belgrano, mirando hacia el río, hacia las barrancas, interpelando a cada uno de los que transitan por allí no surgió efecto en personas inescrupulosas que al día de hoy carecen de conciencia medioambiental y del cuidado de la naturaleza, de la importancia de los humedales y de la voluntad colectiva de una gran parte de la sociedad que quiere una ciudad limpia y, esencialmente, toda esa zona aprovechable para el disfrute común de los zarateños.
A raíz de la desidia municipal y de vecinos y de la falta de cuidado de los espacios verdes, en la esquina de Juan B. Justo y Maipú volvió a aparecer desechos diseminados por toda la calle.