En diálogo exclusivo con LA VOZ, el intendente Osvaldo Cáffaro analizó el 2016 y realizó un balance sobre los distintos cambios en la gestión local, tras la asunción de nuevos gobiernos a nivel provincial y nacional.
El cambio de color político en la Provincia de Buenos Aires y en la Nación, sin duda contrajo para el Intendente –de origen socialista y aliado al Frente Para la Victoria-, una infinidad de nuevos desafíos, al presentarse nuevas formas de gobierno, con metodologías de trabajo diferentes a las que acostumbraba a encarar durante los dos periodos pasados.
“Creo que ha sido un año muy difícil para todos, con muchos cambios. Lo más difícil es poder readaptarse y ese fue el desafío de este año. Readaptarnos a un nuevo gobierno, con nuevas ideas y programas con una visión de estado distinta al gobierno anterior. En el caso nuestro, hubo un cambio generacional importante. Fue uno de los años más difíciles para nosotros”, expresó, y comparó el año 2016 con los albores de su primera gestión cuando debió declarar la emergencia económica en el distrito: “Aun así este año fue más difícil, porque en ese entonces sabíamos que teníamos que poner mucho esfuerzo en cuidar los recursos propios municipales y los recursos humanos para que cierren los números y podamos pagar los sueldos. El cambio generacional le dio una dinámica distinta al Municipio. Durante este año muchos programas se pararon, y con otros no se sabe que va a pasar y eso se traslada al poder municipal. También hay cada vez una transferencia mayor hacia los municipios y a veces los recursos no acompañan”.
Presupuesto 2017
Semanas atrás, el Concejo Deliberante mostró un notable acompañamiento en la votación del Presupuesto 2017, que se configura como una importante herramienta financiera para encarar el próximo año, alcanzando la suma de $1.090.000.000 (mil noventa millones de pesos), con una variación del 41,56% respecto al año pasado, y que representa el mayor salto porcentual de desde la asunción de Cáffaro en 2007.
En esta línea, repasó: “El presupuesto da tranquilidad, lo otro era contar las monedas. Ahora tenemos que ver cómo podemos seguir trabajando; lo que no queremos es ir para atrás, eso sería un fracaso. Por eso seguimos invirtiendo mucho en obra pública, a eso le sumamos otras áreas que no tenían preponderancia y que tiene que ver con infraestructura, nuevos colectores cloacales, cuadras de pavimento, mas el equipamiento como centros culturales, el Centro de Transferencia, la Costanera. No podemos quedarnos, a eso le fuimos sumando los accesos, las obras de Antártida Argentina y avenida Lavalle. Por otro lado, el tema de la salud; Tomar la decisión política de municipalizar el Hospital Intermedio “Dr. René Favaloro” es importante, son alrededor de 90 personas, más los insumos. No es lo mismo un hospital intermedio que una unidad sanitaria o sala de primeros auxilios. Eso se ha multiplicado y siempre estamos tratando de mantener equilibradas las cuentas. Con respecto a la educación, dimos un salto cualitativo y cuantitativo, hay un objetivo de ciudad detrás de todo esto”.
Los problemas con los que tuvo que lidiar el intendente
El comienzo de año colocó al gobierno de Osvaldo Cáffaro en una situación tan particular como preocupante para la escena política, económica y social. Los primeros contactos con las nuevas autoridades de gobierno a nivel nacional, comenzaron a disparar ciertos roces tras la decisión de la cartera de Energía, de llevar a cabo un despido masivo en la Central Nuclear Atucha, dejando alrededor de 2400 trabajadores locales de la región sin fuente laboral. A pesar de los cruces con el Ministro Juan José Aranguren, Cáffaro explicó a LA VOZ que actualmente goza de una “muy buena relación con la Provincia y con Nación”, aunque detalla que el contacto más directo es con el gobierno de María Eugenia Vidal.
“Empezamos mal con el despido de trabajadores de Atucha, eso creo que se va a revitalizar ahora. Igual creo, sin ánimo de ofender a nadie, que se han excedido en los plazos de mirar para atrás y ver cómo se puede mejorar. Me parece que un año es demasiado, por lo que significa toda esa gente que quedó desempleada; se ha deprimido Zárate y con más razón Lima. Había toda una economía local que es muy difícil que pueda reverdecer. Ni hablar de las obras, teníamos 14 obras con NASA que se frenaron para un día para otro. Puedo entender la visión de los funcionarios, pero son obras de infraestructura para la comunidad. Atucha todavía nos está debiendo a todos el tema de la Responsabilidad Social Empresaria en serio. Respecto a la salud, hay un subsidio que no se paga más, y es un área que deberíamos tener garantizada ante un problema con las centrales”, manifestó.
En este sentido, explicó que la escena local debería contar con un plan de contingencia y un programa de mejoramiento de las localidades, principalmente de Lima.
Por otra parte, ya sumergido en la vorágine del paso de los meses, Zárate volvió a sufrir otro revés con el retiro de las fuerzas federales de seguridad. Una vez más, desde el Palacio Municipal el Ejecutivo tomaba posición y se introducía en un nuevo cruce con el gobierno nacional.
“El retiro de las fuerzas fue una decisión que tomó la Ministra (Patricia Bullrich) con el Presidente (Mauricio Macri), y que tuvo repercusión en lo local. Logramos en una distribución –de la cual nosotros no participamos- que vuelvan las fuerzas federales”, subrayó el Intendente y se mostró un tanto desconforme con el manejo del retorno de los agentes de Prefectura Naval Argentina, dado que aseguró que a Zárate se le otorgó un número de efectivos de acuerdo a su densidad poblacional.
En esta línea, manifestó que la seguridad “no es una cuestión numérica”, y cuestionó la falta de un estudio del territorio que permita conocer las necesidades del distrito: “Tiene que haber otras variables de estudio, como la población en riesgo, la situación de la droga o la cantidad de personal de la Provincia de Buenos Aires que es el responsable de la seguridad. En Zárate no tenemos los policías que deberíamos tener. Todo eso debería haber formado parte de un análisis, pero acá se hizo una cuenta de tres simple, y me parece que no pasa por ahí”.
Quizá, el mayor malestar para el Jefe Comunal, radica en la celeridad en las decisiones respecto a algunos temas, mientras que en otros, los tiempos de acción se ven dilatados.
“En el caso de la basura hay una fuerte presión para la instalación del Ceamse; entonces en ese tema estamos dentro del área metropolitana, pero para el tema de Aysa, no lo estamos. Aysa se fue de un día para otro, generando un problema de escala real en el servicio. Lamentablemente somos el último escalón; no digo que anteriormente fuimos escuchados como deberíamos, pero había un ida y vuelta. Desde hace tiempo hay mas transferencia de responsabilidades y esto en algún momento se tiene que charlar”, sentenció Cáffaro y agregó: “En la macropolítica y en los grandes medios de comunicación, cuando se habla de reforma política nunca se habla del último eslabón, y somos los que más responsabilidades hemos absorbido sin la cantidad de recursos que deberíamos tener. En la reforma política debería haber un capítulo aparte para lo local. Los municipios siguen siendo un prestador de servicios para la ley, pero en la realidad cada vez nos ocupamos de más cosas”, refirió.
Mensaje de Fin de Año para los zarateños
En sus palabras a la comunidad, Cáffaro puntualizó en el apoyo y acompañamiento de los zarateños y les envió un mensaje de entendimiento y tolerancia.
“Quiero agradecerle a la gente el acompañamiento. Sabemos que fue un año muy difícil para todas las familias, y la gente nos acompañó con el pago de las tasas, que es fundamental porque de lo contrario no podríamos seguir avanzando. Quiero que tengan la plena seguridad que vamos a seguir haciendo cosas, vamos a tratar de maximizar lo que tenemos, seguir bregando por tener una mayor radicación de capitales, de industrias. Viene un año difícil también, pero habiéndole encontrado la vuelta para donde ir y que podamos tener una ciudad mejor, con mejores puntos de encuentro, con mas solidaridad, con mas cooperación. Tenemos que entender que al vecino que piensa distinto, hay que hablar; no puede ser que no hablemos y que no tengamos tolerancia. Hay que sumar al otro, al compañero, porque somos una ciudad que tenemos que construirla entre todos”.
Intendente Osvaldo Cáffaro.