Por Gabriela Fabbro.
La Argentina fue pionera, no sólo en Latinoamérica, en la creación y surgimiento de todos los medios de comunicación del siglo XX. Ya en 1899, a cuatro años de nacido el cine de la mano de los Hermanos Lumiere en París, el Doctor Alejandro Posadas realizó la primera película argentina de la historia, considerada uno de los primeros documentales médicos de la cinematografía mundial. Fue una operación de quiste hidatídico de pulmón filmada en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires.
Los llamados “Locos de la azotea” hicieron la primera transmisión pública de radio a nivel mundial.
“Señoras y señores, la Sociedad Radio Argentina les presenta hoy el Festival Sacro de Ricardo Wagner, ‘Parsifal’, con la actuación del tenor Maestri, el barítono Aldo Rossi Morelli y la soprano argentina Sara César, todos con la orquesta del teatro Costanzi de Roma, dirigida por el maestro Félix von Weingarten”.
Estas fueron las primeras palabras que el argentino Enrique Telémaco Susini dijo frente a un micrófono de radio. Eran las nueve de la noche del 27 de agosto de 1920. Y aunque esa primera transmisión en el país, desde la terraza del Teatro Coliseo, sería escuchada por menos de cien personas, (sólo las que tenían auriculares a galena) marcaría un hito en la historia de la radiofonía mundial. Junto a César Guerrico, Luis Romero Carranza y Miguel Mujica, también médicos y radioaficionados, Susini logra este gran avance en el medio de comunicación popular y masivo como la radio en el siglo XX.
En 1933, Susini, fundador de los estudios Lumiton, y los Mentasti, dueños del estudio Argentina Sono Film, nos ofrecen las dos primeras películas sonoras del cine nacional, Los tres berretines y Tango respectivamente. Así también fuimos pioneros en el cine sonoro.
La década del ´40 fue de esplendor y proyección internacional para el cine argentino. Llegó a haber más de quince estudios produciendo películas en todo el territorio nacional. Es más, muchas de nuestros filmes, eran replicados a la manera de remakes, por el cine norteamericano, como por ej. Bailando nace el amor, dirigida en 1942 por William Seiter, tomando el clásico Los martes, orquídeas, de 1941, dirigida por Francisco Mujica con el debut de Mirtha Legrand en el personaje de Elenita, protagonizada por Rita Hayworth en la versión de Hollywood.
Con la llegada de la televisión a nuestro país, también fuimos de los primeros países en Latinoamérica en contar con este nuevo medio de comunicación masivo. El 17 de octubre de 1951 se transmitió por primera vez desde el viejo Canal 7 el acto por la Lealtad peronista, desde la plaza de Mayo, con el recordado discurso de Eva Perón, pieza de interés y análisis tanto por su contenido como por su oratoria.
La apertura del Festival de Cine de Mar del Plata en 1954, también por iniciativa de Enrique T. Susini, con visitas internacionales y el estreno allí de grandes clásicos, indica que nuestro país era un referente para el cine mundial en ese momento.
La historia de la industria audiovisual en Argentina es extensa, rica, prolífica, profunda, con altibajos y constantes crisis, pasó del modelo industrial típico de estudios, grandes producciones y un sistema de estrellas contratados con exclusividad en su época de oro (del ´30 al ´50) a una forma de producción independiente, donde cada proyecto necesita prácticamente comenzar de cero.
La llamada “Generación del ´60”, de la mano de directores como Manuel Antín, Leopoldo Torre Nilsson o Leonardo Favio brinda un tipo de cine más intimista, introspectivo, con base literaria en muchos casos, pero que suponen una influencia muy importante en el cine que continúa.
El advenimiento de la democracia trae aires, temáticas y formas de producción nuevas. En 1986 el Oscar que obtiene La historia oficial, dirigida por Luis Puenzo un año antes, marca otro hito en la importancia de nuestra industria audiovisual a nivel mundial. José Sacristán filma con Aristarain Un lugar en el mundo (1992), Marcello Mastroianni acompaña a Luisana Brando en De eso no se habla (1993) de María Luisa Bemberg quien cierra otras colaboraciones de grandes actores de prestigio mundial que se acercan nuestro cine, como Imanol Arias en Camila (1993) o Julie Christie en Miss Mary (1986) en sus filmes anteriores.
El segundo Oscar que se lleva El secreto de sus ojos en 2009 (dirigida por Juan José Campanella en 2008) consolida nuestra presencia en los escenarios internacionales.
En el año 2009 nuestro país fue el cuarto exportador de formatos audiovisuales (como CQC por ej.) o latas (las novelas de Andrea del Boca o de Natalia Oreiro, LaLola o Los Roldán) a nivel mundial, luego de Gran Bretaña, EE.UU. y Países Bajos.
Hoy el escenario audiovisual ha cambiado. Nuevos dispositivos, plataformas de streaming, inteligencia artificial para crear guiones ofrecen nuevas maneras de hacer películas y series. Comienza la co-producción y la colaboración tanto de guionistas como de equipos de realización. La llegada de Netflix, Amazon Prime o Star+, por citar algunas, suponen un nuevo renacer de la industria nacional. El premio a mejor actor en el Festival de Cine de Venecia a Oscar Martínez por El ciudadano ilustre (Cohn y Duprat, 2016), el premio Goya a Mejor película iberoamericana a Relatos salvajes (Szifrón, 2014) en 2015, la nominación de Argentina 1985 (Mitre, 2022) al premio Oscar como mejor película extranjera en 2023 (el octavo filme nacional que llega a esa instancia desde que nació nuestra industria), siguen marcando el prestigio que nuestra producción tiene en el contexto global.
Series como El Reino dirigida por Marcelo Piñeyro o la celebrada División Palermo, creada por Santiago Korovsky o El amor después del amor (Kolodziej, 2023) basada en la vida de Fito Páez o El encargado (Cohn y Duprat, 2022 y sus tres temporadas ya en el aire, indican cómo nuestras historias, nuestros equipos de realización y nuestros productores están a la altura de los estándares de la industria audiovisual a nivel internacional y atraen a las plataformas. La gran expectativa está puesta en el cercano estreno de la serie El Eternauta de la mano del talentoso Bruno Stagnaro. Robert De Niro como coprotagonista de la serie Nada (Cohn y Duprat,) 2023) es sólo una muestra del atractivo que ofrece la Argentina en el nuevo escenario audiovisual.
Ojalá esta industria, que genera tantas otras asociadas, que es imagen de nuestro país en el exterior, que nos narra y nos identifica siga desarrollándose y superando sus eternas crisis para que nuestro país pueda seguir diciendo: Luz, Cámara, Acción por muchos años más.