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Mujeres donan orina para tratamientos de fertilización asistida

Bidón es retirado tres veces por semana por un transportista y se le entrega otro bidón vacío para que pueda seguir con la recolección.

Entre el año 2004 y 2007 la recolección de orina en varias localidades del Conurbano se tornaron sistemáticas, con una logística y toda una infraestructura detrás que involucran camiones, personas y empresas dedicadas a ir domicilio por domicilio y juntar la orina de diferentes mujeres para ser entregada a un laboratorio y, fi nalmente, transmutar el líquido ámbar en tratamientos de fertilidad.
Nuestra localidad no está ajena a esta situación y diariamente se ven a este tipo de camiones circulando con bidones sin ningún tipo de legislación laboral que lo ordenen y reglamenten como así tampoco a la propia actividad.
El Instituto Massone, en el barrio porteño de Saavedra, es uno de los principales laboratorios especializados en extraer una hormona de la orina de mujeres menopáusicas y la convierte en menotropina, una droga que estimula la fabricación de óvulos.
Ya en el año 2004, el matutino La Nación, confirmaba que la recolección de orina se hacía en varias localidades del Conurbano, en tres barrios porteños que lindan con la General Paz, en La Plata y en Zárate. Y que se recolectaban diariamente unos 200 mil litros de orina. Esa es la cantidad que se necesita para, tras cuatro meses de tratamiento, producir un gramo de menotropina, también llamada gonadotrofina de origen natural.
“EL SUEÑO DE LA FERTILIDAD”
“Usted desecha algo muy valioso que muchas parejas necesitan para poder ser padres: su orina” señala un folleto que fue dejado en varios hogares zarateños y es que, según afirman, a partir de ella es posible obtener una hormona y producir un medicamento que ayuda a que parejas con problemas de fertilidad alcancen el sueño de tener un hijo.
A cambio no les pagan, sino que les regalan distintos productos con el único requisito de no colocar agua ni ningún otro líquido dentro del bidón. Y existen algunas contraindicaciones, como no donar estando enferma, con fiebre o tomando antibiótico. Tampoco se puede donar orina de otras personas y no se puede exponer el bidón al sol. A su vez, el recipiente contiene una pastilla blanda o líquida para preservar la orina y se les pide a las donantes juntar la mayor cantidad posible en todo momento mientras se encuentre en su domicilio; es decir, mañana, tarde, noche y madrugada.
Dicho bidón es retirado tres veces por semana por un transportista y se le entrega otro bidón vacío para que pueda seguir con la recolección. Si bien está amparada en una causa noble, muchas son las versiones que afirman que en realidad se utiliza para costosos productos de belleza que utilizan dichas hormonas.
En cuanto a nuestra ciudad, lo que muchos vecinos y vecinas ven es un camión, el mismo camión, que siempre circula repleto de bidones, con sus dos puertas abiertas y con dos jóvenes que se encargan de bajar y subir estos recipientes en las puertas de diferentes domicilios ya indicados. En tanto los donantes saben que tres veces a la semana pasa el camión, y así se va completando el ciclo de recolección. Tal como se indicó, las donantes no reciben ningún pago. A cambio, una vez al mes, el laboratorio les envía un obsequio, que puede ser una jarra de vidrio, una hielera, una frutera, recipientes plásticos, repasadores y otros regalos que no son onerosos.
“La orina no se paga. No tiene un precio porque no es un bien que esté en el mercado.
La ley prohíbe la comercialización de partes y materias del cuerpo humano”, explicaron desde el laboratorio Biomás en varios artículos periodísticos.
Cuando este negocio comenzó a “florecer” en el Conurbano, fuentes de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) confirmaron que el laboratorio realiza una actividad legal y certificada, que recibe controles de organizaciones internacionales. Y que la orina no puede comercializarse.
De hecho Zárate es una de las 300 localidades, de 16 provincias argentinas, donde el laboratorio Biomás recolecta orina.
SIN LEGISLACIÓN LOCAL
Desde el año 2006 que Zárate es uno de los municipios en los cuales se recolecta la orina de las viviendas sin ninguna habilitación o reglamentación; siendo el primer eslabón de una cadena millonaria, la de la fabricación de medicamentos para tratar la infertilidad.
El Ejecutivo municipal no tiene notificación de esta actividad que se da en Villa Massoni, en Villa Fox, en 25 de Mayo y otros barrios cercanos al Centro y más periféricos.
No hay datos ni información de la empresa de logística que emplea a dos trabajadores que viajan “colgados”, como los recolectores de basura, en la parte trasera del camión.
En otras localidades del país existen “visitadoras domiciliarias”, que tocan el timbre de distintas casas para entregar los folletos y explicar todo el proceso destinado a tratamientos de fertilización.
Nuestra ciudad cuenta con numerosos donantes pero la forma precaria en que se realiza la recolección y transporte del fluido.
En la localidad santafesina de Villa Constitución el municipio y Gendarmería Nacional comenzaron una investigación ya que no se cuestiona la finalidad de la recolección de la orina sino la forma en la que se realiza la logística, incumpliendo con normas básicas tanto laborales como de transporte de material biológico.
El gobierno bonaerense estableció, por medio de la ley 13.893, que “el transporte de la excreta humana en forma de orina deberá realizarse en vehículos especialmente adecuados a tales fines, cuya aptitud y condiciones de seguridad deberán ser aprobadas”.
Esta ley se aprobó en octubre del año 2008 a partir de la proliferación de esta actividad en varias localidades del Conurbano bonaerense y es el ministerio de Salud bonaerense la autoridad de aplicación.

Bidón es retirado tres veces por semana por un transportista y se le entrega otro bidón vacío para que pueda seguir con la recolección.

Lo que están analizando otras localidades y otras provincias es legislar a nivel local la logística que, a juzgar por lo que se ve en la calle, los trabajadores lo hacen sin ningún tipo de protección y elementos de seguridad e higiene, colgados de los camiones y los bidones no están sujetos a una mampostería sino que van sueltos en la caja de estos camiones.
La ciudad de Córdoba tiene su ordenanza municipal
Luego de que se hiciera público el decomiso de 1.100 litros de orina en Río Cuarto, en febrero de 2018, cuatro años más tarde se tardó el Concejo Deliberante en aprobar una ordenanza para regular el transporte de bidones con líquidos de mujeres menopáusicas que realizaban la entrega en frascos a cambio de víveres (o un juego de vajillas).
La ordenanza se ampara en la importancia de darle un marco legal a la manipulación de esos fluidos, los cuales son fundamentales al tratarse de un insumo básico para realizar medicamentos.
A partir de tal ordenanza, los laboratorios deberán registrarse en la municipalidad de Córdoba y cumplir con el acondicionamiento de los vehículos. Además, tendrán que contar con recipientes identificados con cierre hermético e identificar a sus empleados.
“Aquellos que no cumplan con la normativa quedarán a disposición de un juez de faltas por llevar adelante un transporte ilegal, como si se tratara del transporte ilegal de mercadería”, finalizó el concejal.
El proceso químico
Según confirma el laboratorio nacional Biomás, desde el año 1996 se dedica a la elaboración de ingredientes farmacéuticos activos de origen natural a partir de gonadotrofinas, hormonas presentes mayormente en la orina de mujeres menopáusicas y embarazadas. Estos ingredientes activos se emplean en medicamentos indicados en tratamientos contra la infertilidad femenina y masculina.
La extracción de gonadotrofinas de la orina es un complejo proceso técnico e industrial llevado a cabo en nuestra planta de General San Martín, provincia de Buenos Aires.
Luego de un minucioso control de calidad de la materia prima, y siguiendo las normas internacionales conocidas como Buenas Prácticas de Manufactura (GMP), la orina es sometida a un proceso a través del cual se extrae una fracción cruda de la hormona, obteniendo un ingrediente farmacéutico activo de alta calidad.
Parte de la producción se vende a laboratorios nacionales que producen fármacos que se conocen con el nombre comercial de Follitrin y Gonacor. Otro tanto se exporta a Estados Unidos y Alemania.
¿Por qué las mujeres se toman el trabajo de juntarla?
Las donantes, en su mayoría tienen más de 60 años, pertenecen a la clase media bonaerense. La estrategia más convincente que usan las promotoras para convertirlas en donantes es hacerles ver que ellas dan su orina “para ayudar a las mujeres que no pueden tener chicos”.
“A través de la donación de orina es posible brindar a una pareja la oportunidad de concebir. En la orina donada por las mujeres en la etapa de la posmenopausia y embarazadas de hasta 4 meses de gestación se encuentra una hormona, la gonadotrofina, con la que se produce un medicamento que puede ayudar a parejas con problemas de infertilidad a tener un hijo.
Si usted está en los primeros 3 meses de embarazo, o tiene más de 48 años y se encuentra en el período de la posmenopausia, o ya es donante y desea realizar alguna consulta; comuníquese gratuitamente al 0800-777-2466. En nombre de las futuras mamás le decimos: ¡Muchas gracias!”; esta es la promoción presente en la página web del laboratorio “Biomás”, incentivando a mujeres a ser donantes.